Visita a productores rurales de Canelones y Florida

El pasado jueves una delegación de ANDE realizó una recorrida visitando a varios productores rurales de Canelones y Florida, beneficiarios del Programa de Desarrollo de Proveedores. De esta forma, la presidenta de ANDE Carmen Sánchez, el director Martín Ambrosi y parte del equipo de la agencia, conocieron de primera mano a proveedores de carne ovina de alta productividad, que aplican protocolos de producción.

Este proyecto tiene como objetivo establecer un núcleo de proveedores eficientes de corderos, que implementen unidades de producción tecnológicamente comparables a las de los líderes en exportación de carne ovina en Nueva Zelanda y Australia. Se busca generar las bases para una oferta ampliada y rentable de carne ovina, un incremento de la producción en condiciones de calidad y eficiencia competitivas, lo que redunde en una mejora de la rentabilidad de los productores. Esto a su vez permite beneficios directos e indirectos para la Central Lanera Uruguaya y sus cooperativas y productores socios, que es la empresa que se postuló al proyecto.

La producción de carne en forma eficiente y competitiva requiere de la aplicación de un “paquete” tecnológico, en forma integral, para lograr desempeños sensiblemente mayores que los actuales en: eficiencia reproductiva (mayor prolificidad y sobrevivencia de crías), velocidad de engorde y oferta menos estacional que la actual, mayor productividad del trabajo, simplificación y resolución de algunos aspectos críticos de la actual situación (mano de obra calificada, sanidad, logística, seguridad, entre otros).  Además de realizar propuestas concretas en las mencionadas áreas, el proyecto desarrolla también nuevas modalidades de vínculo con la industria, y nuevas modalidades de financiamiento con el sector de las microfinanzas.

A la fecha hay 20 productores que participan del proyecto. Según nos señaló su coordinador Ignacio Mullin, “lo que queremos demostrar es que esto funciona, y que estos sistemas son rentables, para así poder extenderlo a más productores, que esto derrame en el sector. Queremos formar al productor y que el técnico sea parte del proceso, que el vínculo que se genere facilite el acceso a la tecnología”.

La visita comenzó en las afueras de la localidad canaria de Tala, en el establecimiento Capibara de Rodrigo Herrero. El predio es de 45 hectáreas y allí trabaja con la raza Ile de France. Su objetivo es aumentar la cantidad de vientres, es decir la cantidad de corderos que nacen y sobreviven por cada oveja. Entre los avances tecnológicos que utiliza, se encuentra el conteo remoto de ovejas con drones, otro proyecto de Bienes Públicos Sectoriales de ANDE.

La segunda parada fue en la Peinaduría de la Lanera Piedra Alta (Florida), de la Central Lanera Uruguaya. Allí reciben la lana de los productores (que es un componente secundario de este proyecto). Trabajan en 3 turnos y a partir de 20 mil kilos de lana sucia que se procesa por día, producen 15 mil kilos de lana top diarios para exportar en su mayoría a Europa y Asia. Sus directivos nos contaron que “hace un año y medio están en la peor crisis desde hace 50 años, a raíz de la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Cuando eso estaba llegando a su fin, apareció el coronavirus y hoy se está exportando un 40% menos de lo normal”. En cuanto al Programa de Desarrollo de Proveedores que apunta al negocio de la carne ovina, señalaron que tienen gran interés en potenciarlo, para que los productores se puedan diversificar y sean más competitivos.

La delegación visitó luego la cabaña Frileck, que produce carneros de campo de la raza Highlander para la venta y está ubicada en el paraje La Cruz de Florida. Esta raza es de origen neozelandesa y de alta performance reproductiva, crecimiento y excelente aptitud carnicera. El predio es mediano, de unas 500 hectáreas. Uno de los socios de la cabaña, Martín Garicoits dijo que con esta raza “tenemos más corderos con menos trabajo”. Esta raza fue introducida en  Uruguay en 2005 y no ha parado de crecer. “Hay una importante demanda, que supera la oferta”, aseguró Garicoits.

La última visita fue a la cabaña Rancho Blanco, de Marcelo Boero, que trabaja con la raza Corriedale, que tiene doble propósito: lana y carne. Se trata de un predio más grande, de 1000 hectáreas que combina ganadería y agricultura. Su participación en el proyecto también pasa por aumentar la cantidad de corderos por oveja, usando tecnologías para cuidar los partos. En cuanto a las pasturas, nos explicó que “es fundamental cuidar la alimentación de la oveja a lo largo de todo el año”.

En suma, la gira sirvió para conocer tres predios diferentes, uno chico, otro mediano y otro grande, con distintas razas ovinas, pero que apuntan a los mismos resultados: que a través del mismo paquete tecnológico de seguimiento de la oveja, se logre aumentar su reproducción y el engorde eficiente de corderos, transformándolo en un negocio altamente competitivo.