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El emprendimiento surge como una oportunidad frente a una idea innovadora en la región, que consiste en la fabricación de ladrillos ecológicos caracterizados por su sistema de encastre y por la ausencia de cocción en su proceso productivo. Buscando otro ingreso económico, encontré esta nueva forma de producción y me asocié a Humberto Da Silva para emprender en este rubro. El primer paso fue contactarnos con técnicos de Brasil, donde se originó este tipo de producción. En base a esto, empezamos a investigar si los suelos de Tacuarembó era acordes al tipo de ladrillo que íbamos a producir. Una vez que nos aseguramos de esto, compramos la máquina de origen brasileña por $80.000. Esta es manual, por lo cual requiere el esfuerzo físico de una persona para la producción de ladrillos. No tenemos empleados a cargo y nos encargamos de todas las actividades en la empresa. Luego llevamos a cabo la validación técnica, realizamos pruebas de ensayo con el apoyo de UdelaR Tacuarembó y LATU (se adjunta el ensayo técnico realizado). A la vez, generamos un vínculo con el Centro Pyme donde nos ayudaron a trabajar sobre conceptos activos fijos y diferencia costos y gastos. Generamos información de valor para conocer: (-) Desembolsos fijos (-) Costos de producción (-) Punto de equilibrio, en base a cantidad de ladrillos vendidos. (-) Llegamos a un precio para los ladrillos. Actualmente tenemos una capacidad máxima de producción de 500 ladrillos por día que nos conlleva 7 horas de trabajo. Comenzamos a comercializar nuestro producto el ultimo mes, vendiendo 5.000 ladrillos a $12. Siendo este, un precio lanzamiento para penetrar el mercado.